Este proyecto es nuestra respuesta, nuestra forma de decir: estamos aquí. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, creamos una serie de siete imágenes que retratan distintas formas de maltrato. No lo hicimos desde fuera, sino desde la piel, desde lo que queda cuando te preguntan si tienes cara de víctima. Porque hay frases que atraviesan el alma y encienden un fuego. Esta serie es el fruto de ese fuego.

Queda mucho camino por recorrer y muchas batallas por librar. La igualdad real aún está lejos. Por eso no celebramos: alentamos. Alentamos a seguir caminando, aunque el trayecto sea largo y empinado. Pero ya lo hemos empezado a andar, y no estamos solas. Somos muchas. Y también muchos: hombres que caminan con nosotras y luchan a nuestro lado.

Cada fotografía es una forma de nombrar lo que tantas veces se calla. Una manera de romper el silencio desde la imagen. Porque el día que ninguna mujer pierda la vida, que el maltrato no exista en ninguna de sus formas, que logremos lo que merecemos, entonces sí podremos decir: ¡Feliz Día de la Mujer!.

Mientras tanto, celebramos este día para abrir los ojos, para incomodar, para despertar conciencia. Para que los necios, los ciegos, los agresivos, quienes tienen el poder de cambiar las cosas y no lo hacen, todos y cada uno de ellos —y de nosotros—, comprendan que MUJER es sinónimo de poder. De vida. Nosotras damos vida. Somos vida.

Por tantas mujeres que se reconocen en su valor. Por tantos hombres que acompañan. Por nuestras madres, nuestras hijas, y por nosotras. Porque si cortamos las raíces, el árbol muere.
Cuídanos. Cuidémonos. Cuídate, MUJER.